Esta advertencia de la novedad me parece sin duda una característica esencial aunque no sólo de la filosofía del derecho, sino de la filosofía en general. Responde a la exigencia de interpretar el propio tiempo, que es una de la dimensiones esenciales del pensar , y que se ha vuelto especialmente apasionante en el momento presente, dada la dificultad de discrepar del pensamiento hegemónico de lo "políticamente correcto" que se impone desde los medios mas o menos monopolísticos amenazando con la invisibilidad de cualquier posición que resista a este monopolio. Por ello es especialmente apasionante descubrir lo nuevo que se opone a la inercia del comportamiento, lo contrario a la violencia mimética, al mecanismo de la repetición. El derecho debe alentar cuanto signifique huida del gregarismo violento y distinguir la verdadera novedad, del progreso puramente técnico, y quizá destructivo, (como el de la carrera de armamentos). Ello resulta especialmente importante en relación con los problemas que plantea actualmente la bioética entendida en su sentido amplio que incluye la atención a la crisis ecológica, o bioética ambiental y la biotecnología.
En relación con la búsqueda de lo nuevo, el sentido de la filosofía del derecho debería consistir en descubrir cuales son los nuevas víctimas que aparecen en relación con los nuevos cambios experimentados con la aparición de las nuevas tecnologías sin olvidar naturalmente a las víctimas de siempre , aquellos que por carecer de recursos o de edad o por excederse en ella no pueden cuidar de sí mismos.
Las víctimas de la crisis ecológica son en principio todos los seres humanos, ya que los daños ecológicos no conocen fronteras. Ello no significa que no haya algunas víctimas que lo sean de un modo particular como los habitantes de determinadas zonas, que viven en condiciones especialmente infrahumanas, como los habitantes del África subsahariana, y en general todos los carentes de agua potable, más de mil cien millones de personas, para los que el agua, en vez de ser el alimento básico, se convierte en causa probable de contagio de enfermedades gravísimas.
Víctimas posibles de las biotecnologías son en principio igualmente todos los seres humanos que pueden verse agredidos en su intimidad, al desvelarse el mapa genético individual a las compañías de seguros, como ya es lícito en el Reino Unido o a los empleadores en general, o mercantilizado su cuerpo, a través de la venta de óvulos o órganos, peligro que aqueja especialmente a los mas pobres , o pone en peligro su salud, con el consumo de transgénicos, que el Norte envía al Sur como donativo, sin garantizar sus condiciones."
Escrito por Jesús Ballesteros
(Texto completo y otros en el link de su nombre)